miércoles, 26 de diciembre de 2018

Soy una gorda floja y me odio (qué novedad)

Y no sé como lo cambiaré, pero a la fuerza lo tendré que hacer.
Es horrible tener estos cambios de humores, a veces tan feliz y otras tan asquerosamente triste. Siento que mi cara, mi cadera, cintura, piernas van a explotar porque NO PARO DE COMER. Subí un kilo y lo siento como 50, no paro de tocarme la cara y el cuello, lo siento obeso, grasiento. No entiendo porqué soy yo, no entiendo porque no valgo la pena... 

Ni siquiera tengo el valor de mirarme al espejo porque sé que no podré estar ni un segundo sin llorar. Lo que hubiera dado por tener la fortuna de ser delgada y delicada de nacimiento, que la gente al abrazarme tenga miedo de romperme. Antes era tan jodidamente fácil bajar de peso, ahora tengo que colocarme hasta cinta adhesiva en la boca para no comer. Si me gano al lado de una chica hermosa con mi estatura y mi peso meta literal DESAPAREZCO por muchas cosas buenas que tenga yo, estoy cansada de esto, cansada de sienta la grasa hasta en los dedos de las manos. La mayoría del tiempo me pillo agarrándome las muñecas con dos dedos, esperanzada por sentirme cada vez más los huesos. Nunca pasa, pero me gustaría despertar con 40 kilos.

Y joder, todo lo que perdí entre septiembre-noviembre lo ganaré en estas dos semanas... ¿tienen idea de lo culpable que me siento? todo mi esfuerzo no valió de mucho, todo lo que me esmeré para estar perfecta en estas fechas se fue a la mierda. Lo más gracioso es que en noviembre decía que llegaría al 2019 con 40 kilos, miren que ilusa era. 



No hay comentarios.:

Publicar un comentario